sábado, 31 de octubre de 2009

EL CAMINO QUE CONDUCE A DIOS (2da. Parte)


Las religiones y las instituciones que las representan, son creaciones de los hombres que en vez de unir han contribuido a dividir la fe, y han creado diversidad de medios por los cuales según ellos se puede llegar a Dios. No estoy en contra de las religiones, ni mucho menos cuestiono su eficacia; pero mi única religión es la relación personal que mantengo constantemente con Dios a través de Jesucristo. Sépase, que Cristo no es una religión, por eso me identifico plenamente con el escritor Josh McDowell, el cual en su libro titulado “Mas que un carpintero”, nos dice del cristianismo lo siguiente: “El cristianismo no es una religión, sino que este representa a Dios buscando a los hombres y mujeres a través de Jesucristo, ofreciéndoles una comunión con el mismo”.
Si se excluye a Jesucristo, como la regla central de la fe, no tiene validez que se profese ser Islamista, Budista, Hinduista, Católico y Protestante –con todas sus denominaciones- porque de su propia boca salió y su palabra es veraz: “ Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Con sobrada razón, Ed Decker y Dave Hunt, en su libro titulado “Los fabricantes de Dioses” dan en la diana cuando escriben: “Todos los que se encuentran con el Jesús, real de la Biblia, inmediatamente aprenden que el cristianismo esta basado sobre una relación con él y no con una organización”. Por tanto, lo importante no es la religión que practicamos, sino sobre quien descansa nuestra fe, y esta debe esta soportada por aquel que se atrevió a expresar porque el tenia autoridad para hacerlo, cuando dijo: “Yo soy la puerta, el que por mí entrare, será salvo, y entrara, y saldrá, y hallara pastos” (Juan 10:9).
Dios todopoderoso, en su infinita misericordia nos ha trazado el camino para que andemos por él, y toda aquel que lo trille, se llenara de gozo, no solo se lo manifestó a los Israelitas, cuando estaban en el desierto rumbo a poseer la tierra, sino también a nuestra generación al revelarnos: “Andad en todo el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer” (Deuteronomio 5:33). Las consecuencias del pecado, fue alejarnos de Dios, perdimos nuestra comunión directa con él. Contaminamos toda su creación, cuando por error se acepto el camino equivocado que Satanás, nos ofreció. A pesar de nuestra equivocación, Dios no nos ha abandonado, por su benignidad nos ha trazado la senda correcta para todo el que desea ser salvo la recorra y aunque seamos pecadores su palabra nos confirma: “Bueno y recto es el Señor, por tanto él enseñara a los pecadores el camino” (Salmos 25:8). Si ya nos ha mostrado el camino, ¿Por qué nos empeñamos en no recorrerlo?. No actuemos como los irresponsables ni le atribuyamos responsabilidad a Dios, cuando por nuestra decisión fracasamos al elegir caminos que solamente nos conducen a las tinieblas. Con sobrada razón la Biblia dice: “La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra el Señor se irrita su corazón” (Proverbios 19:3). Un popular refrán dice: “No dejes camino real por vereda”. El profeta Isaías, nos lo plantea de la manera siguiente: “Este es el camino, andad por el, y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la izquierda” (Isaías 30:21).
Medita bien, si estas recorriendo caminos que te conducen a la muerte; porque después de muerto ya no habrá oportunidad. El consejo que nos da el profeta Hageo es muy sencillo: “Meditad bien sobre vuestros caminos” (Hageo 1:5,7). También, nos lo advierte nuestro Señor Jesucristo, cuando se expreso de esta manera: “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13,14). Recuerda, Jesucristo fue inmolado para limpiar nuestros pecados –el único sacrificio humano permitido por Dios- y fue elegido como el único camino por el cual todos llegaremos a Él, y lo hizo así por el amor que siente por la humanidad como esta testificado en la Biblia: “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Estemos preparados, para cuando se realice su advenimiento, debido a que todos vamos a desear estar en su presencia y se le dará cumplimiento a la profecía: “Y vendrá el Deseado de todas las naciones” (Hageo 2:7).
¡Que la paz de nuestro Señor Jesucristo, se manifieste sobre todos nosotros!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Revelación Divina de la Unicidad de Todas las Religiones

Aunque haya quien diga “yo poseo forma, yo no poseo forma. Yo soy Palabra (camino). Yo soy de naturaleza espiritual. Soy Sabiduría. Soy Amor. Soy Vida. Soy aquel que vino de la Verdad (Nyorai). Soy UNO y al mismo múltiplo. Aunque haya mostrado mi imagen divina a videntes de religiosidad profunda de diversos lugares, aquella no es mi imagen verdadera; la imagen divina que fue vista no es tampoco producto de la sensibilidad de los videntes. Fue apenas una demostración de la existencia objetiva de Dios, en que me rebele por medio del poder sobrenatural la misma imagen divina a diversas personas en diversos lugares para abrir los ojos de aquellos que dudaban. Con todo, originariamente yo no poseo una imagen divina determinada. Puedo manifestar libremente cualquier imagen conforme mi deseo. Esta es la razón porque en el pasado ya revele a tu: “Para mi es innecesario el santuario”.
No soy un “dios” que, en la ausencia de un santuario se vería en dificultades por no tener donde instalarse. Ni preciso de ofrendas. Aquel que quisiera ver mi imagen, lea Seicho No Ie. Yo soy Palabra. Las revistas que traen mis palabras, ellas si, son mi santuario. Ampliar la difusión de estas revistas, esto si, es el engrandecimiento de mi santuario.
En mi no existe forma. Yo soy un mar espiritual. Soy océano inmenso. Todas las enseñanzas fluyen para mi. Yo soy aquel que completa, Soy aquel que enciende la luz en los “Siete Candelabros”. Shintoismo, Budismo, Cristianismo, Secta Tenri, Secta Kurozumi, Secta Oomoto – Todas las enseñanzas entran en mi y reciben Vida. ¡Grandioso Ser Yo Soy, de hecho¡ Abrazando todas las enseñanzas, a ellas doy vida y hago con que todas las enseñanzas que están en mutua disensión se den las manos en el nivel de sus esencias religiosas. Soy agua subterránea que vivifica todo, abrazando a todos, dando luz a todos, dando nutrientes a todos. Sin difamar, sin atacar ninguna de las religiones, siempre haciendo llover elogios y buenas palabras, las purifico y enciendo la luz en su esencia divina. No se conseguirá completar la reforma de este mundo presente en cuanto las religiones no se dieran las manos, reverenciando cada una de ellas a su propia esencia divina. El mundo de la mente viene primero y el mundo presente es sombra de aquel. Estando perturbado el origen no puede estar perfecta la sombra. Religiosos, no es el momento de estar en discrepancias religiosas.

(Revelación Divina del 5 de abril de 1931)

Anónimo dijo...

Es bueno encontrar Cristianos Autenticos ya que hoy en día lamentablemente somos muy escasos...Desde México Dios te bendice.